Los romanos saben esconder celosamente uno de sus mejores jardínes para ellos. Está bastante escondido entre Piramide y el Circo Massimo. Se llama el Jardñin de los Naranjos. Es muy tranquilo y lleno de naranjos que dan sombra.
Las vistas del mirador son magníficas, pero no es eso lo que me encanta de este rincón. Lo mejor es la tranquilidad, y me gusta acompañarla de buenos productos italianos.
Hoy os presento dos de mis favoritos:
Agradezco a Maite Segú por las fotografías y por la magnífica compañía. Guapa!
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