Esta semana comenzamos con mi cuñada. No es monja, ni mucho menos, pero el origen de la receta ha servido para darle este apodo. En Roma hay un restaurante buenísimo que se llama Sora Margherita y que ya os comente aquí.
Este restaurante nos sorprendió con sus alcachofas a la judía. Así que os dejo con la hazaña de mi cuñada tratando de reproducirlas:
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Bueno el laboratorio culinario de Sora Cristinita ha conseguido unas alcachofas muy, pero que muy parecidas en sabor a las famosas de Sora Marguerita.