Sin embargo el postre siempre es el plato más arriesgado, ya que como muchos chefs dicen, cocinar es un arte, pero la repostería es una ciencia. La precisión en las medidas y en los tiempos de cocción son los ingredientes del éxito. Yo, que no suelo andar muy preciso en la cocina, he preferido andar haciendo las cosas un poco a ojo o por intuición y esta es una de las recetas que te permite jugar con las medidas.
INGREDIENTES
- 100g de mantequilla sin sal
- 250g de galletas Digestive machacadas.
- 600g de queso philadelphia
- 25ml de Baileys
- 100g de azúcar glass.
- 150ml de nata para montar, montada.
- 150ml de creme fraîche. (sino la encontráis, se puede substituir sin ningún problema por otros 150ml de nata para montar, pero con la creme fraîche quedará más sabrosa)
- 100g de chocolate negro rallado.
ELABORACIÓN
- Derretir la mantequilla y mezclar con el polvo de galletas, hasta que las galletas hayan absorvido toda la mantequilla.
- Engrasar un molde de tartas, y hacer una base con la mezcla de las galletas y la mantequilla. Os recomiendo que además de una base solida, cubráis un poco el lateral: sólo unos milimetros de altura os hará mas fácil el desmoldado, corte y presentación. Dejar reposar en el congelador una hora.
- Mientras tanto preparamos el relleno: por un lado necesitamos la nata bien montada. Por otro lado mezclamos el queso con la creme fraîche hasta que pierda la rigidez. Añadir el Baileys y el azúcar. Incorporar la nata y el chocolate y mezclar con cuidado.
- Añadir la mezcla a la base de galleta. Meter en la nevera durante al menos 3 horas hasta que cuaje. Desmoldar y presentar.
- OPTATIVO: Se puede decorar con nata montada por encima y espolvorear con chocolate.
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